Llevar a tu bebé a la piscina le proporciona un desahogo muy necesario para salir de casa. También introduce a tu bebé en una nueva experiencia sensorial, por no mencionar que es simplemente divertido. El día puede volverse amargo para unos padres preocupados si su bebé se traga un poco de agua de la piscina.
Aunque tragar un poco de agua de la piscina no debería causar daños, cantidades más importantes pueden causar intoxicación por el agua, enfermedades de las aguas recreativas o intoxicación por cloro. El ahogamiento secundario no suele ser motivo de preocupación, ya que se produce cuando el bebé inhala agua en lugar de tragarla.
Sigue leyendo para obtener más información sobre las posibles consecuencias de la ingestión de agua de la piscina, a qué hay que prestar atención y qué medidas hay que tomar si se observan síntomas.
¿Qué puede ocurrir si tu bebé traga agua de la piscina?
Aunque pequeñas cantidades de agua de piscina no dañarán a tu bebé, tragar demasiada puede provocar diversos problemas de salud.
Intoxicación por agua
Nuestro cuerpo mantiene un delicado equilibrio entre mantenerse hidratado y estar sobrehidratado. Beber demasiada agua con demasiada rapidez provoca hiponatremia, lo que se conoce como intoxicación por agua.
La intoxicación por agua se produce cuando un exceso de agua diluye los niveles de sodio en nuestro cuerpo. La pérdida de sodio afecta a la actividad cerebral, provocando somnolencia, cambios de humor, convulsiones e hinchazón en la cara.
Aunque la intoxicación por agua puede ocurrir a cualquier edad, los bebés son más susceptibles debido a su pequeño tamaño corporal y a sus riñones aún en desarrollo. Por eso los médicos advierten encarecidamente a los padres que no diluyan la fórmula del bebé ni le den agua suplementaria a los menores de seis meses.
¿Valen la pena las almohadas y tumbonas de lactancia Boppy?Algunos médicos incluso desaconsejan a los padres que inscriban a los bebés en clases de natación para bebés, porque pueden tragar demasiada agua si se les sumerge repetidamente bajo el agua.
Enfermedades del agua en las actividades recreativas
Los bebés todavía están desarrollando una función orgánica madura y tienen sistemas inmunitarios no probados, lo que les hace especialmente vulnerables a las enfermedades relacionadas con las aguas recreativas («EAR»).
Las EAR engloban todos los efectos nocivos que los seres humanos pueden experimentar a causa de los gérmenes, las bacterias y las sustancias químicas del agua en la que nadamos y jugamos. Las piscinas con cloro suelen tener menos microorganismos peligrosos porque el cloro mata las bacterias. Sin embargo, las bacterias que nos hacen enfermar pueden prosperar si el cloro de la piscina no se mantiene en los niveles adecuados.
Las EAR suelen causar síntomas gastrointestinales como diarrea, vómitos, calambres estomacales y fiebre. Sin embargo, otras pueden causar erupciones, irritación de los ojos y otras reacciones por contacto.
Intoxicación por cloro
Por último, aunque es poco frecuente, puede producirse una intoxicación por cloro. El cloro mata las bacterias, pero una exposición excesiva al cloro en el ser humano provoca una intoxicación por cloro. La intoxicación por cloro puede producirse tras la exposición al gas de cloro por inhalación o ingestión.
Los síntomas varían según el tipo de exposición al cloro. Puede causar quemaduras en la piel, pérdida de visión, vómitos e inflamación de la garganta, entre otros muchos síntomas.
Tragar un poco de agua de la piscina no debería causar intoxicación por cloro. Los ECDC proporcionan directrices de seguridad sobre la cantidad óptima y segura de cloro que debe añadirse a las piscinas sin dejar de eliminar los microorganismos.
Sin embargo, la aplicación inadecuada de cloro o los fallos en el sistema de bombeo de la piscina pueden dar lugar a una proporción de cloro peligrosa que puede hacer enfermar a los más vulnerables, como le ocurrió a un niño en Extremadura.
¿Qué es el plástico número 2 (HDPE) y es seguro para los bebés?Qué buscar después de que hayan tragado agua de la piscina (signos de enfermedad)
Saber que tu pequeño ha tragado agua de la piscina puede activar todas las partes ansiosas de tu mente. Afortunadamente, todas las consecuencias potencialmente graves vienen acompañadas de síntomas claros y perceptibles.
Muchas de las enfermedades y afecciones comparten síntomas. Tanto la intoxicación por agua como la intoxicación por cloro pueden provocar cambios de humor, somnolencia, irritabilidad y otros cambios cognitivos.
El envenenamiento por cloro, la intoxicación por agua y la EAR pueden manifestarse con vómitos. La diarrea suele indicar algún tipo de enfermedad relacionada con las aguas recreativas (EAR).
No eres responsable de diagnosticar a tu hijo una enfermedad específica. En cambio, cuando notes un motivo de alarma, puedes alertar a un profesional médico sobre los síntomas que has notado y hacerle saber que tu hijo estuvo nadando. Hacer saber al médico que tu hijo estuvo nadando y que te preocupa que haya tragado agua, puede ayudarle a reducir la causa.
Qué hacer si crees que tu hijo está enfermo por haber tragado agua de la piscina
Si tu hijo empieza a experimentar los síntomas anteriores, busca atención médica. Como se ha dicho antes, los médicos pueden diagnosticar el problema concreto, pero es útil que les hagas saber que puede haber un problema de ingestión de agua de la piscina por parte de tu hijo.
Llama al 112 si tu hijo tiene problemas para respirar o está inconsciente.
Si la intoxicación por cloro es un problema, los ECDC no recomiendan inducir el vómito ni beber líquidos.
Cómo evitar que un bebé trague agua de la piscina
Evitar que tu hijo trague agua de la piscina se centra en la seguridad del agua en general. Mientras que un niño pequeño y peleón puede beber agua de la piscina sólo por diversión, un bebé no puede tragar agua de la piscina a menos que su boca toque el agua.
Cómo evitar que el agua llegue a los oídos del bebé en el baño o la piscinaEn primer lugar, mantén a tu hijo alejado de las piscinas si no puedes supervisarlo. Cuando no estén en uso, las piscinas deben tener una barrera para evitar que los niños accedan a ellas o se caigan accidentalmente. Todas las piscinas deben tener una valla de al menos metro y medio de altura que las rodee por todos los lados.
No dejes a un bebé cerca del agua donde pueda rodar, gatear o entrar accidentalmente. Los bebés deben tener siempre la supervisión de un adulto en el agua y cerca de ella, y esa supervisión debe correr a cargo de un adulto sobrio y sin distracciones.
La Academia de Pediatría recomienda que los niños empiecen las clases de natación no antes de 1 año para desarrollar habilidades de seguridad en el agua. Aunque admite que una clase de agua entre padres e hijos puede ser divertida, afirma que no hay pruebas que indiquen que los bebés menores de 1 año puedan desarrollar habilidades de natación o de seguridad en el agua.
Por último, los dispositivos de flotación pueden facilitar a los padres la tarea de mantener al bebé con la boca levantada y fuera del agua, pero no sustituyen la supervisión de un adulto. La mayoría de los bonitos asientos de flotación para bebés, ampliamente disponibles, no están aprobados por salvamento marítimo ni tampoco por la Guardia Civil marítima Española, como dispositivos de flotación.
Hay chalecos salvavidas aprobados por salvamento marítimo para bebés de hasta 2,5 kg.
Qué es el ahogamiento secundario y cómo abordarlo
La preocupación por el ahogamiento secundario puede atormentar a los padres porque es cierto que los niños pueden enfermar o incluso morir horas después de ser sumergidos en el agua. Sin embargo, el ahogamiento secundario no es tan misterioso como parece.
El ahogamiento secundario se produce cuando al niño le entra agua en los pulmones, lo que ocurre cuando el niño inhala -no traga- agua. El ahogamiento secundario no es más que las complicaciones derivadas de tener una sustancia extraña en los pulmones. Si se acumula líquido en los pulmones, éstos pierden su capacidad de funcionar correctamente.
Una persona que sufre un ahogamiento secundario puede toser, respirar con rapidez, tener dificultades para respirar o experimentar un estado mental alterado, como irritabilidad o letargo. Si no se tratan, estos síntomas -conocidos colectivamente como edema pulmonar- pueden ser mortales.
¿Cuándo puede jugar el bebé en una alfombra de actividades o de juego?Los síntomas del ahogamiento secundario suelen manifestarse en 4 horas, pero pueden aparecer hasta dos días después. El tratamiento incluye oxígeno suplementario y, a veces, un respirador, así que lleva a tu hijo a urgencias si observas los síntomas.
Los pulmones suelen resolver pequeñas cantidades de agua inhalada, pero en caso de duda, debes buscar ayuda médica. El ahogamiento es la principal causa de muerte de los niños menores de cinco años, y el ahogamiento secundario constituye entre el 10% y el 15% de las muertes por ahogamiento.
¡Vaya, qué susto! Nunca había pensado en los riesgos de que un bebé trague agua de la piscina.
¡Es cierto! A veces pasamos por alto situaciones obvias. Pero tranquilo, todos cometemos errores. Lo importante es aprender de ellos y estar atentos para proteger a nuestros pequeños. ¡Saludos!
¡Vaya, qué susto! Nunca pensé que tragar agua de la piscina pudiera causar tantos problemas. ¡Cuídense, mamás y papás!
¡Vaya! Nunca pensé que tragar agua de la piscina podría llevar a una intoxicación. ¡Mucho cuidado con eso!
¡Qué susto! Hay que estar más atentos cuando los bebés están en la piscina.
¡Totalmente de acuerdo! La seguridad de los bebés en la piscina es responsabilidad de todos. No podemos descuidarnos ni un segundo. ¡Tomemos conciencia y evitemos situaciones peligrosas!
¡Qué susto! Mi hijo también tragó agua de la piscina una vez, pero no pasó nada.
¡Vaya, qué suerte que no pasó nada! Aunque deberías tener más cuidado, no todos los casos son iguales y podrían haber consecuencias graves. La seguridad de los niños es lo primero.