Equilibrar personalidades e intereses crecientes y cambiantes hace que tener hijos y una vida familiar sea todo un reto. Se vuelve aún más complejo cuando las familias se mezclan para incluir hijastros, especialmente cuando esos niños parecen tener derecho.
Las actitudes y pautas de los padres son las que más contribuyen al sentimiento de derecho del niño. Aunque no puedes controlar lo que ocurre con el otro progenitor, tú y tu pareja podéis intentar modelar el comportamiento y las actitudes que queréis ver.
Entonces, ¿cómo tratar a los hijastros con derechos? Sigue leyendo para obtener algunas ideas sobre cómo evaluar y abordar el derecho.
¿Por qué tus hijastros se sienten con derecho?
Para encontrar el mejor enfoque, intenta identificar de dónde procede su comportamiento desagradable. El derecho es la creencia de que mereces ciertos privilegios.
Muchos expertos en crianza informan de un aumento de niños mimados debido a que los padres hacen demasiado: intentan que cada acontecimiento sea especial, eliminan todos los obstáculos y son demasiado indulgentes. Como resultado, esos niños carecen de las experiencias adversas que crean resiliencia. En cambio, esperan obtener lo que quieren.
He aquí algunos signos frecuentes de derecho:
- Se niega a ayudar en casa
- No se responsabiliza de nada y se echa la culpa a otros
- Espera recompensas y sobornos frecuentes
- Se siente por encima de las normas
- No cree que haya consecuencias
- No soporta las decepciones
- Se preocupa sobre todo de sí mismo
- Espera una gratificación instantánea
- Se siente incómodo ante la frustración
Muchos de estos comportamientos parecen típicos de niños que van desde los más pequeños hasta los adolescentes. Pero, si crees que el comportamiento de tu hijastro está yendo demasiado lejos, es hora de mirar un poco más de cerca.
Quizá la fuente de su derecho seas tú, uno de sus padres o incluso los abuelos con los que pasa mucho tiempo. En cualquier caso, hay algunas medidas que puedes tomar para cambiar su comportamiento y su actitud.
1. Tu pareja y tú debéis pasar tiempo de calidad con ellos
Puede ser fácil caer víctima de la trampa capitalista de confiar en las cosas para expresar tus sentimientos. Intenta formar a tu familia para que valore más las experiencias que las cosas; en resumen, pasad tiempo juntos.
Parte del éxito de esto consiste en aprender más sobre tu hijastro y encontrar formas de pasar tiempo con él haciendo cosas que le gusten. Sugerencia: no intentes que tu hijastro no atlético haga deporte contigo o se una a tu rutina de ejercicios.

Pasar tiempo en la naturaleza es una idea excelente. La jardinería, las películas al aire libre, las excursiones sencillas o pasar tiempo en una piscina o parque acuático pueden ser buenos puntos de partida.
Muéstrate abierta a probar algo que encaje con los intereses de tu hijastro o algo nuevo para todos vosotros.
2. Practica la gratitud y el agradecimiento
Los niños suelen reflejar lo que ven, y tú puedes dar ejemplo de agradecimiento por lo que tienes.
Las emociones positivas, como la gratitud, moldean beneficiosamente el cerebro y el cuerpo. La gratitud puede ayudarte a establecer mejores relaciones, equilibrar las emociones negativas y estimular el comportamiento amable.
El paso más fácil para crear un hábito de gratitud es simplemente darte cuenta de las cosas de tu vida que te hacen feliz, ya sea un buen día, una mascota de la familia, una buena comida o una casa caliente en una fría tormenta de invierno.
3. Evalúa tus propios gastos
Aunque no puedes controlar lo que ocurre en casa de otro padre, tu hogar puede ser un ejemplo de cómo presupuestar y destinar recursos a experiencias o cosas que realmente importan.
La ciencia nos dice que ir de compras nos hace felices. Estimula los sentidos, nos da sensación de control, nos distrae de la ansiedad e incluso libera dopamina: nos hace sentir bien.
¿Tú o tu pareja compráis por impulso para conseguir esas sensaciones para vosotros? Si es así, va a ser difícil abordar el deseo de cosas de tu hijastro antes de gestionar el tuyo propio.
En lugar de decirle a tu hijastro que viva según unos ideales elevados, sé realista en las conversaciones con él sobre tus valores y objetivos para tu dinero. Quizá miréis en tiendas de segunda mano antes de comprar cosas nuevas (si aún no lo hacéis, probadlo: no sólo es económico, sino importante para la sostenibilidad). O tal vez limites tus gastos en ropa o en comer fuera para ahorrar dinero para las vacaciones.
4. Sé consciente de gastar dinero en el niño
¿El gasto tuyo o de tu pareja en tu hijastro contribuye a que tenga derechos? Los padres suelen gastar más de la cuenta en sus hijos creyendo erróneamente que eso les da una ventaja, compensa la falta de tiempo que pasan juntos o les da lo que no tuvieron cuando eran pequeños.

Además, puede ser muy satisfactorio y divertido comprar regalos para tus hijos o hijastros. Consigues ese subidón de dopamina para ti sin la culpa de regalarte algo, pero podría estar contribuyendo a problemas de actitud y comportamiento.
Intenta no abusar de los regalos en fiestas y cumpleaños y evita hacer regalos innecesarios. Encontrar el equilibrio adecuado para tu familia y tu presupuesto requiere práctica. Y ese equilibrio puede cambiar con el tiempo, a medida que vayas progresando.
No hay necesidad de crear artificialmente escasez o sentimientos de pobreza en tu hogar. En lugar de eso, intenta ayudar a tu hijastro a priorizar sus deseos, a identificar las diferencias entre deseos y necesidades, y a comprender el coste real de los artículos, incluido su impacto financiero, medioambiental y social.
5. Reconsidera las asignaciones
Hay un montón de métodos y escuelas de pensamiento sobre las mesadas, y puede que haya llegado el momento de reconsiderar cuál sigues.
Las mesadas son beneficiosas. Pueden iniciar a los niños en el camino de una relación sana con el dinero, darles cierta independencia y responsabilidad, y ayudarles a entender las prioridades y el presupuesto.
Sin embargo, igual que tú no recibes dinero porque sí, tu hijo tampoco debería recibirlo. Condiciona la paga al cumplimiento de responsabilidades. Y, lo que es igual de importante, combina la paga con la educación financiera.
Los niños suelen aprender de sus padres hábitos poco saludables en relación con el dinero. Si a toda tu familia le vendría bien un impulso de educación financiera, consulta algunos cursos de educación financiera.
6. Modela la caridad y el servicio
En lugar de utilizar a los menos afortunados como castigo, participa en familia en actividades que mejoren el mundo.
El comportamiento y el pensamiento autoritarios están muy centrados en el «yo». Los científicos saben desde hace tiempo que el cerebro adolescente está programado para ensimismarse, así que no estás solo si tienes problemas con un hijastro adolescente.
Durante la adolescencia, los adolescentes desarrollan componentes cruciales de su propia identidad, y tú puedes contribuir a que la conciencia del mundo en general forme parte de esa identidad.
Ayuda a tu hijastro a determinar sus valores e intereses presentándole distintas causas. No tiene por qué ser un día en el comedor social. Podrían escribir cartas a funcionarios electos, acoger a un perro de un refugio o hacer voluntariado en una de las docenas de organizaciones como Hábitat para la Humanidad o la Cruz Roja.

7. Establece límites y mantente firme
A veces tus límites causarán decepción, pero si no los respetan, les reforzarán la idea de que las normas no se aplican y les impedirán desarrollar la resistencia que necesitan para convertirse en adultos fuertes capaces de superar los altibajos de la vida.
Considera la posibilidad de establecer límites en torno al dinero. Algunos padres tienen éxito proporcionando las necesidades básicas y las comodidades, pero exigen que el adolescente contribuya a los extras con tareas domésticas, buenas notas o con su propio dinero ganado en el trabajo.
8. Intenta comprender la perspectiva del niño
Intenta ver a tu hijastro como algo más que un mocoso malcriado. El derecho puede ser un esfuerzo por evitar situaciones y emociones difíciles, como la decepción y la adversidad.
Y puede hacer falta menos que tú para acabar teniendo un hijo con un poco de derecho, así que intenta no pintar a ninguno de los padres como un monstruo. La reticencia a decirle a un niño que no, las recompensas por aparecer, las golosinas por portarse bien y darle demasiada voz pueden contribuir a los problemas de derecho.
Por ello, intenta que tu pareja reconozca su contribución a la situación actual, para que tu hijastro vea que nadie intenta atacarle ni culparle. En lugar de eso, ayúdale a ver que es importante que crezca.
Los niños con problemas de derecho pueden carecer de la capacidad de recuperación y de resolución de problemas que se necesitan en la edad adulta. Esto puede acarrearles problemas en el trabajo y en las relaciones sentimentales, e incluso aumentar su riesgo de adicción.
9. Enséñales (y enséñate a ti mismo) lo que son los privilegios
En el fondo, el derecho es la sensación de tener derecho a ciertos privilegios. Introduce la diversidad en la vida de tu hijo visitando nuevos lugares, aceptando culturas desconocidas y conociendo otras formas de vida.
Aprender sobre el racismo sistémico y cómo ser un aliado puede ayudar a tu hijastro a ser más consciente de su comportamiento y creencias y de cómo repercuten en los demás. Considera qué tipo de ejemplo da tu comportamiento.
10. Considera la terapia
Recuerda que nunca estás solo ante problemas difíciles de crianza. Tu pareja y tú podríais trabajar con un terapeuta para evaluar y cambiar vuestros estilos de crianza para abordar los problemas de tu hijastro.
La terapia es una gran herramienta para la autorreflexión y el crecimiento, así que también podría ser el momento de ayudar a tu hijastro a encontrar un terapeuta para iniciar su propio trabajo.

Cómo hablar con el otro progenitor biológico sobre tu hijastro
La dinámica de las familias mixtas es delicada, así que aborda cualquier conversación con el otro progenitor con precaución. Asegúrate de que tu pareja está de acuerdo, y probablemente sea mejor que sea ella quien inicie la conversación.
En lugar de echar culpas o rememorar el pasado, centrad vuestros esfuerzos en el futuro e intentad identificar áreas en las que todos podáis ser coherentes con el niño. ¿Podéis poneros de acuerdo en que no haya videojuegos hasta que haya hecho las tareas domésticas? ¿O limitar el dinero que gasta el niño?
Por último, ten paciencia
Cuando intentes introducir algunos cambios, debes saber que llevará tiempo. Espera retrocesos y periodos de regresión, así como de crecimiento. Nadie cambia de la noche a la mañana, y la infancia y la adolescencia son un viaje complejo y lleno de baches.
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Creo que es importante establecer límites claros y enseñarles sobre responsabilidad desde temprano.
No estoy de acuerdo. Creo que los límites pueden ser restrictivos y limitar la capacidad de los niños para explorar y aprender por sí mismos. La responsabilidad debe enseñarse gradualmente, no impuesta desde temprano.
¡Vaya, qué interesante artículo! Creo que todos deberíamos evaluar nuestros gastos y practicar la gratitud. ¿Qué opináis? 🤔💭
¡Totalmente de acuerdo! Evaluar nuestros gastos y practicar la gratitud son acciones clave para una vida más consciente. Es importante recordar que la felicidad no se encuentra en las cosas materiales, sino en las experiencias y relaciones significativas. ¡A disfrutar de lo que realmente importa! 💫
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¡Totalmente de acuerdo! Criar a los hijastros puede ser todo un reto. Además de las sugerencias del artículo, te recomendaría establecer límites claros desde el principio y tener paciencia. No todos los problemas se resuelven de la misma manera, ¡pero seguro que encontrarás tu propia fórmula! ¡Ánimo!
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